EL VERDADERO COMPORTAMIENTO ANIMAL
Decía que quería ver una pelea de gallos. Me causaba atención la idea, pues siempre escucho de peleas en los pueblos. No sabía nada de ellas, solo lo poco que uno escucha de gente por ahí. "Por allá en los pueblos se ve de todo eso" - me decían evitando el tema, aunque todos empezaban por la misma frase: "por allá". Yo no sé lo que hay por allá, pero me intrigaba.
Me intrigaba mucho, y no precisamente por el gallo ni las peleas. Lo que de veras me robaba el pensamiento era la gente, pues son las personas quienes ponen a pelear al gallo, y no el gallo quien busca la pelea. El pueblo, unido por sangre y alcohol, se vuelve feroz, pasional y peligroso. Y ahí, en ese detalle, está la razón por la cual la gente evita el tema. "Por allá..." - como si de pena se tratara - "por allá en los pueblos se ve de todo eso".
Observen las fotos. Miren al público. Miren las caras, miren sus cuerpos; su discurso corporal dice más de lo que jamás una pluma, un cuerno, o un colmillo pudieron contarnos. Se le llama arte, tradición, cultura, pero no es más sino el reflejo de la necedidad del pueblo por entretenerse en un lugar donde no queda más si no una vida medieval y antigua donde predomina el circo de Roma.
No me extenderé en temas sociales, pero aprendí que la tradición de la pelea de gallos no se irá por mucho tiempo. Es de lo poco que tiene un pueblo para salir de su rutina. Pero es un pueblo que se rige por sus propias reglas. El gobierno no se ve reflejado en ellos, nadie los ayuda, y tampoco la buscan. Decía que quería ver una pelea de gallos, ahora digo que quiero ver el comportamiento humano en el mundo. Yo solo estoy para registrar y aprender del mundo. Empezaré por allá.
*Las fotografías reflejan un trabajo fotográfico y no un gusto personal.